SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI
23 DE JUNIO DE 2019
Recuerda cada vez que has salido a la calle durante esta semana ¿con cuántas personas te has cruzado pidiendo limosna, vendiendo pequeños productos, haciendo malabarismo, entre otras cosas, todo con el fin de conseguir una moneda y así llevar no sólo el sustento a su casa, sino con ello la alegría, la paz, y quizás también la salud, porque pudieron comprar la medicina que tanto necesitaban? Toda esa muchedumbre, católicos o no, es más que seguro que salieron esperanzados de sus humildes hogares, confiados en que Dios los ayudaría, porque no sólo han escuchado sino sentido que Dios no abandona; sin embargo, muchos de ellos sólo encuentran desprecio, o quizás con suerte una respuesta “no tengo dinero, pero… que Dios te ayude”.
Además de esta muchedumbre de personas, has sido testigo de una infinidad de injusticias, que quienes la sufren en carne propia se cuestionan la existencia de Dios, si Él fuese tan bueno como lo proclamamos, entonces por qué permite que les ocurran todas estas cosas negativas. Nuestros pensamientos o respuestas a veces nos llevan a decir esto es responsabilidad del gobierno, porque debe de generar empleo, mejorar la atención en los hospitales, impartir justicia, entre otras cosas. Y es cierto, es responsabilidad del gobierno. Sin embargo, hoy Dios responde a nuestra conciencia: “denles ustedes de comer”.
Estimado hermano, algunos de esa muchedumbre de personas han tenido la maravillosa oportunidad de haberte encontrado, que le hayas dirigido la mirada con respeto y misericordia, que hayas orado el día de hoy por ellos, pero recuerda que también estás llamado a dar tus cinco panes y dos peces. A la vista del mundo será poquísimo, para el agrado del prójimo y de Dios será más que suficiente, Él se encargará de multiplicarlo y de saciar a las personas. Si ya practicas constantemente obras de caridad, y deseas alcanzar la perfección y que tu existencia sea verdaderamente fecunda no sólo vendas lo que tengas a favor de la multitud, sino da la vida si fuera necesario por cada uno de ellos, como Cristo la entregó por ti, por tus seres amados y por todos aquellos quienes te encuentras día a día.
En esta solemnidad del Corpus Christi, en la que te encuentras alrededor de la mesa del sacrificio eucarístico, y te preparas a entrar en comunión con él, alimentándote de su cuerpo y sangre, recuerda las palabras del Papa Francisco: “En la eucaristía el Señor nos hace recorrer su camino, el del servicio, el de compartir, el del don, y lo poco que tenemos, lo poco que somos, si se comparte, se convierte en riqueza, porque el poder de Dios, que es el del amor, desciende sobre nuestra pobreza para transformarla”.
R.P. Fr. Mirko Paul Canales Díaz, O. de M.
Director General del Colegio La Merced (Ate – Lima)